Velocidad sin castigo

Velocidad sin castigo

¡Hay un accidente en la carretera hacia Xalapa!, es lo que alcanzo a escuchar de una joven que iba llegando a Coatepec.De inmediato paro oreja, pues tenía que llegar a una cita al medio día en la Universidad de Xalapa donde se inauguraría el Centro de Servicios Bibliotecarios Rubén Pabello Rojas, en honor a su rector fundador.
De inmediato le digo al marido que cheque en las redes sociales porque aunque muchas veces sirven para criticar y destruir, confieso que son muy útiles para informar al instante de los problemas viales que se suscitan en cualquier parte del estado y tomar vías alternas.
Y allí estaba el accidente en fotografías. Un autobús de la línea Excélsior, volteado.
¿Habrá lesionados? Fue la pregunta inmediata. ¿Exceso de velocidad? el segundo cuestionamiento.
La carretera principal, cerrada. Hubo que tomar vía alternas: por Briones. El regreso a la capital fue lento. Poco después se despejaron las dudas: 11 heridos y cuatro de gravedad.
El descontento en las redes se volcaron contra las cámaras de fotomultas ¿Cómo es posible que pasen esos accidentes si se infraccionan los excesos de velocidad? ¿Por qué no funcionan las cámaras cuando se les necesita?
La vox populi dicen que no funcionan porque les cortaron la luz, y allí los conductores se aprovechan y exceden los límites de velocidad. Desde luego, muchos celebran la medida y la aplauden. En lo particular y aunque usted me crucifique, estoy en desacuerdo.
Aunque déjeme comentarle que las cámaras no infraccionan a los autobuses, al menos no tengo conocimiento de que lo hagan.
Pero ¿cuál es el problema? De inmediato los choferes de dicha línea se justificaron con “el cansancio de largas jornadas” ¿eso justifica un exceso de velocidad mayor a 80 kilómetros por hora? Porque según los usuarios, el chofer manejaba de esa forma cuando ocurrió el accidente.
Ahora, no justifico al chofer, pero considero que si usted se sube a un transporte público y ve que el conductor maneja con exceso de velocidad, habla por teléfono o va viendo la televisión, lo ideal sería decirle “bájale” o de plano reportarlo.
Pero ¿reportarlo con quién? ¿Con las autoridades de transporte público de tránsito del estado que permiten que circulen unidades carentes de seguridad para los pasajeros? ¡Agentes y funcionarios que con mordidas o cuotas mensuales pasan infracciones de tránsito, contaminación ambiental de sus unidades o violación de las leyes?
O la última pregunta ¿Dónde quedó el famoso Registro Estatal de Conductores (REC) que alardearon las autoridades implementarían?
Estoy segura que después de este accidente, nuestras autoridades actuarán para tapar el pozo que ahogó al niño. ¡Ojalá y empiecen a buscar la tapadera para hacerlo en las mismas oficinas de Tránsito del Estado!

administrator

Related Articles