Hoy más que nunca, el cuento cae como anillo al dedo: “Y cuando llegó el jueves, el dinosaurio seguía allí”.
No sé si se niega a morir, sea un sobreviviente o qué, pero el lunes hablaba de la categoría de Invicto que durante más de seis años, mantuvo Javier Duarte de Ochoa, tanto cuando compitió para diputado federal, como para Gobernador, así como en las elecciones intermedias que durante su mandato se realizaron y en las que entregó buenas cuentas a su partido. Y este miércoles, estábamos en espera para conocer por fin el resultado morboso y declarar de plano la pérdida de invicto de Duarte de Ochoa así como para quitarle el mote de “cuasi” a “Gobernador electo” a Miguel Ángel Yunes Linares, cuando el OPLE, al estilo de Yogi Berra, nos dice: “el juego no se acaba ¡hasta que se termina!”
II
Amadeo Flores Espinosa, el Tiburón, otro que se niega a quitarle a Miguel Ángel Yunes Linares el nada honroso sitio histórico de “el presidente del PRI con la más dolorosa derrota”, sale ayer a rueda de prensa y pide el “voto por voto, casilla por casilla”, después de que en el OPLE se detectara una serie de irregularidades en los votos nulos que alcanzan los más de 90 mil.
El asunto se torna interesante cuando esos votos nulos, de acuerdo a lo expresado por el dirigente del PRI estatal, son de la alianza que encabezó Héctor Yunes Landa: Para Mejorar Veracruz.
Entiendo, por lo que leí en la tarde de ayer, que debió haber confusión entre los funcionarios de casilla cuando se encontraron las boletas marcadas varias veces en pos de Héctor. Esto es lo que entiendo, no es que haya sido, porque realmente quienes lo saben son los que vieron tales boletas.
Para entendernos mejor: Voto Nulo es aquél expresado por un elector en una boleta depositada en la urna, sin que hubiera marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político; cuando el elector marque dos o más cuadros sin que exista coalición entre los partidos cuyos emblemas hayan sido marcados; o en su caso, aquél emitido en forma distinta a la señalada como voto válido.
III
El PRI no es el único que respingó. Morena desde el domingo ya decía que algo estaba chueco. Lo curioso es que de acuerdo a los corrillos de las redes sociales, los pejistas citan una irregularidad de 200 mil votos… hacia dónde pues, se dirige este merequetengue… ¿a lo que habían vaticinado días antes del día D algunos columnistas, sobre la judicialización de las elecciones?
Bueno, eso lo han de saber los expertos en la materia, porque en la lógica de un ciudadano, yo nomás veo de dos moles:
1.- Muchos funcionarios de casilla a lo largo y ancho de Veracruz, tuvieron una pésima capacitación por parte de las autoridades del OPLE, lo que dio lugar a una avalancha de “votos nulos” que eran “buenos” para Héctor Yunes Landa, o…
2.- ¡Hubo machetazo a caballo de espadas!
IV
Como sea… lo cierto es que mi vaticinio de tener este miércoles en Veracruz, a dos gobernadores al mismo tiempo (el Constitucional y el electo), se posterga y quién sabe por cuánto tiempo…
Pero no es lo único que tiene largas… igual ocurrió con Javier Duarte de Ochoa, que hasta el momento, no sabemos si es la prolongación de su agonía, patadas de ahogado o el refrendo de su calidad de invicto electoral… al tiempo.
Mientras, Monterroso sigue recordándonos que este jueves, el dinosaurio todavía está aquí.