El gobierno de la República y la Fiscalía General del Estado de Veracruz reabrirá el caso de Ernestina Ascencio, indígena de 73 años de edad habitante de la sierra de Zongolica, presuntamente violada y asesinada por militares.
El subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, recordó que el 25 de febrero del 2007 la hija de Ernestina observó que los borregos que su madre pastoreaba regresaban solos al paraje donde vivían.
Al ir a buscarla la encontró tirada en el suelo y al preguntarle qué le había sucedido, respondió que los soldados se le «echaron encima» y que le dolía la cadera.
Fue trasladada a una unidad médica rural del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que estaba cerrada por lo que fue trasladada a Ciudad Mendoza en donde falleció la madrugada del 26 de febrero de ese año.
El personal ginecológico reportó que había presencia de lesiones con violación vaginal y anal, «incluso que sus agresores le introdujeron vía anal un objeto punzo cortante que le destrozó el riñón, el hígado y el intestino».
Esa versión fue confirmada por la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, sin embargo la Comisión Nacional de Derechos Humanos realizó una investigación y exhumó el cuerpo.
El organismo llegó a la conclusión de que había fallecido por las «alteraciones tisulares y viscerales consecutivas a anemia aguda por sangrado de tubo digestivo secundario a úlceras gástricas pépticas agudas en una persona que cursaba con una neoplasia hepática maligna».
El funcionario señaló que para el gobierno de México esa posición es «inaceptable» por lo que se ha decidido que el informe sobre esos hechos se establecerá que la Fiscalía General del Estado de Veracruz abrirá de nueva cuenta las indagatorias hasta agotar todas las línea de investigación.
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El personal ginecológico reportó que había presencia de lesiones con violación vaginal y anal, «incluso que sus agresores le introdujeron vía anal un objeto punzo cortante que le destrozó el riñón, el hígado y el intestino».
